Marginalia

Abstract

Como parte de las actividades del programa Quédate en casa de la Biblioteca Nacional de México, y continuando con la línea de Charlas virtuales Ratones de Biblioteca ll, la doctora Elizabeth Treviño, investigadora en el Instituto de Investigaciones Bibliográficas, dirigió la séptima emisión bajo el título “Marginalia”. Treviño inició su charla destacando propiamente al concepto al que hace referencia en el título de su charla y destacó que se refiere a todas las notas, garabatos, comentarios, dibujos y huellas que quedan anotadas en los márgenes de los libros. Añadió que a ese concepto, además de no estar formalmente reconocido por la Real Academia Española, no solía prestársele demasiada atención. Sin embargo, con el paso del tiempo esto ha cambiado y ahora es reconocido como un indicio que permite obtener variada y valiosa información. Entre esa información, destacó la experta, se pueden hallar datos respecto a los lectores, quiénes eran, a qué se dedicaban y que hacían. Por otro lado, la marginalia también constituye una valiosa fuente para conocer sobre la distribución de los libros, cómo circularon, los valores ideológicos de la época, su recepción e incluso si capturó o no la atención del lector. La investigadora también separó en dos grupos las notas al margen de libros: las de relación directa con el contenido de la lectura y las no relacionadas. Las primeras incluyen comentarios y reflexiones, dudas lingüísticas, adiciones, subrayados, interpretaciones de paisajes y hasta dibujos, mismos que caen en la segunda categoría cuando estos no hallan relación con la obra. Su charla finalizó citando a Marcel Proust y su ideal de conexión entre lector y libro, pues lo que resulta es una suerte de relación de amistad superior que hace importante la comunicación por medio de las notas y el subrayado.

Como parte de las actividades del programa Quédate en casa de la Biblioteca Nacional de México, y continuando con la línea de Charlas virtuales Ratones de Biblioteca ll, la doctora Elizabeth Treviño, investigadora en el Instituto de Investigaciones Bibliográficas, participó en la emisión titulada “Marginalia”. Treviño inició su charla destacando propiamente al concepto al que hace referencia en el título de su charla y destacó que se refiere a todas las notas, garabatos, comentarios, dibujos y huellas que quedan anotadas en los márgenes de los libros. Añadió que a ese concepto, además de no estar formalmente reconocido por la Real Academia Española, no solía prestársele demasiada atención. Sin embargo, con el paso del tiempo esto ha cambiado y ahora es reconocido como un indicio que permite obtener variada y valiosa información. Entre esa información, destacó la experta, se pueden hallar datos respecto a los lectores, quiénes eran, a qué se dedicaban y que hacían. Por otro lado, la marginalia también constituye una valiosa fuente para conocer sobre la distribución de los libros, cómo circularon, los valores ideológicos de la época, su recepción e incluso si capturó o no la atención del lector. La investigadora también separó en dos grupos las notas al margen de libros: las de relación directa con el contenido de la lectura y las no relacionadas. Las primeras incluyen comentarios y reflexiones, dudas lingüísticas, adiciones, subrayados, interpretaciones de paisajes y hasta dibujos, mismos que caen en la segunda categoría cuando estos no hallan relación con la obra. Su charla finalizó citando a Marcel Proust y su ideal de conexión entre lector y libro, pues lo que resulta es una suerte de relación de amistad superior que hace importante la comunicación por medio de las notas y el subrayado.