Lectura digital: ¿cómo leemos en el hipertexto?

Abstract

Como parte de las actividades del programa Quédate en casa de la Biblioteca Nacional de México, y continuando con la línea de Charlas virtuales Ratones de Biblioteca lll, la doctora Miriam Peña, investigadora en el Instituto de Investigaciones Bibliográficas, dirigió la décima emisión bajo el título “Lectura digital: ¿cómo leemos en el hipertexto?”. Durante su charla la investigadora reflexionó en torno a cómo cambia la lectura de un texto o documento dependiendo de la manera en que los lectores se acercan a este. Debido a que se modifica la interacción con el mismo, la experta destacó que es importante definir las intenciones al acercarse al escrito. Asimismo, comentó que en los últimos años ha habido una elección en torno a la lectura que va entre el libro impreso y el digital. De acuerdo con la investigadora, esta relación se define por la manera y las razones por las que nos acercamos al objeto, sea por gusto o necesidad, y qué es lo que esperamos del documento respecto a la temática. A su vez, aprovechó la oportunidad para apuntar algunas de las implicaciones al leer un documento digita, por ejemplo, consultar al momento las referencias que aparecen en la obra, a esto lo llamó lectura fragmentaria que hace referencia a la posibilidad de ahondar en los aspectos tangenciales del libro o documento principal sin abandonar la lectura. Por otro lado, continuó defendiendo al libro digital como una forma de facilitar las interacciones, de realizar consultas al momento y de fomentar la discusión. Llamó a esto como hipertexto y apuntó que más allá de la aparente distracción que puede representar en la lectura, no es sino otra forma de acercarse a la literatura. Mencionó también que todo esto no es algo nuevo y que ya estaba implícito en la lectura del libro en papel cuando era preciso buscar algún significado en los diccionarios o remitirse a las notas al pie de página. La ventaja de lo digital, recordó, es que la lectura y divulgación se vuelve más ágil e inmediata y permite a los consumidores volverse productores al mismo tiempo. Para concluir dejó en claro que no se trata de cuál es mejor o peor, sino que dependerá de las necesidades y preferencias que tenga el lector en el proceso de acercamiento con el objeto de lectura. A su vez, invitó a consultar los acervos digitales de la Biblioteca Nacional y de la Hemeroteca, así como de cualquier otro acervo digital.

Como parte de las actividades del programa Quédate en casa de la Biblioteca Nacional de México, y continuando con la línea de Charlas virtuales Ratones de Biblioteca lll, la doctora Miriam Peña, investigadora en el Instituto de Investigaciones Bibliográficas, participó en la emisión titulada “Lectura digital: ¿cómo leemos en el hipertexto?”. Durante su charla la investigadora reflexionó en torno a cómo cambia la lectura de un texto o documento dependiendo de la manera en que los lectores se acercan a este. Debido a que se modifica la interacción con el mismo, la experta destacó que es importante definir las intenciones al acercarse al escrito. Asimismo, comentó que en los últimos años ha habido una elección en torno a la lectura que va entre el libro impreso y el digital. De acuerdo con la investigadora, esta relación se define por la manera y las razones por las que nos acercamos al objeto, sea por gusto o necesidad, y qué es lo que esperamos del documento respecto a la temática. A su vez, aprovechó la oportunidad para apuntar algunas de las implicaciones al leer un documento digita, por ejemplo, consultar al momento las referencias que aparecen en la obra, a esto lo llamó lectura fragmentaria que hace referencia a la posibilidad de ahondar en los aspectos tangenciales del libro o documento principal sin abandonar la lectura. Por otro lado, continuó defendiendo al libro digital como una forma de facilitar las interacciones, de realizar consultas al momento y de fomentar la discusión. Llamó a esto como hipertexto y apuntó que más allá de la aparente distracción que puede representar en la lectura, no es sino otra forma de acercarse a la literatura. Mencionó también que todo esto no es algo nuevo y que ya estaba implícito en la lectura del libro en papel cuando era preciso buscar algún significado en los diccionarios o remitirse a las notas al pie de página. La ventaja de lo digital, recordó, es que la lectura y divulgación se vuelve más ágil e inmediata y permite a los consumidores volverse productores al mismo tiempo. Para concluir dejó en claro que no se trata de cuál es mejor o peor, sino que dependerá de las necesidades y preferencias que tenga el lector en el proceso de acercamiento con el objeto de lectura. A su vez, invitó a consultar los acervos digitales de la Biblioteca Nacional y de la Hemeroteca, así como de cualquier otro acervo digital.